lunes, 29 de noviembre de 2010

DÍA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

¿Por qué las matan?

La maestra escribió en la pizarra un enorme seis seguido de dos grandes ceros. Después se dirigió a los niños y les preguntó si aquella les parecía una cifra pequeña o grande. Los niños contestaron que aquel número era muy grande, “imagínate seño seicientos bombones de chocolate, o seiscientos paquetes de cromos de la liga de fútbol, o seiscientos “gormitis” con los que formar un ejército...”
Ella les miró un momento asintiendo con la cabeza y luego les habló: Imaginaros vosotros a más de seiscientas mujeres asesinadas por sus maridos o compañeros en lo que va de año; imaginaros seiscientos ataúdes, miles de allegados destrozados por el dolor, cientos de niños como vosotros que se quedan sin madre y tienen que ser acogidos por familiares en el mejor de los casos o por las instituciones. Imaginad que antes de perder a sus madres esos niños fueron testigos de insultos, de golpes, de palizas, de maltrato. Imaginad que esas mujeres algún día pusieron todas sus ilusiones y esperanzas en un hombre al que amaban y en el que confiaban y que después ese hombre les destrozó esas ilusiones y esas esperanzas y finalmente les arrebató la vida.
Por un rato la clase quedó en silencio, poblada de caritas serias. Lucrecia levantó la mano y ante el gesto afirmativo de la maestra preguntó: ¿Por qué esos hombre matan a sus mujeres, señorita?
Pues por eso, porque creen que esas mujeres son suyas, que les pertenecen, que pueden hacer con ellas lo que les venga en gana, porque no han entendido, ni nadie les enseñó en su momento que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos, porque son incapaces de sentir auténtico amor, porque ni sus padres ni maestros les contaron jamás lo que yo os cuento hoy a vosotros.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

LAS OTRAS IMÁGENES

Con estas otras imágenes queremos rendir homenaje a todas aquellas personas-familiares, allegados, amigos, acompañantes- que año tras año vienen a visitarnos y con su presencia hacen posible que la celebración del final del curso sea realmente un evento festivo, alegre, divertido, una posibilidad de compartir y confraternizar y sentirnos todos tripulantes de la misma nave, la nave que debe llevar a nuestros alumnos a un mundo algo mejor del que tenemos ahora. Que así sea.

Fotos de A. Tebar